Vuelta a la Academia Ninja (Misión)

Otra vez esas aulas infernales de aquella triste Academia Ninja de la Roca. No tenía color, no tenía dibujos, no expresaba ninguna sensación, todas las paredes eran del mismo color y, de vez en cuando, se podía observar el símbolo de la Roca en aquellas paredes. Shen Lee, entristecido por aquella "primera misión", anduvo por los pasillos de la Academia Ninja hasta llegar con su clase, primero B. Apartó la puerta con la mano izquierda y entró hacia el interior de aquella aula, con niños de su misma estatura, o mayor... se sintió un poco incómodo al principio, pues estaba solo y no se había adaptado a ese ambiente. Caminó hacia la mesa del profesor con pasos cortos e utilizó la silla para saltar hasta encima de ella. Una vez encima de la mesa, observó a esos críos y retomó su calma. Esperó sentado a que viniera su compañera para iniciar la clase en silencio.

Neliel había salido de aquel despacho sin esperar respuesta y como tenía pensado sin esperar a su compañero. Debía dirigirse hacia una de las aulas de la academia pero claro, sería mejor hacerse un poco esperar, las clases siempre solian ser aburridas así que tenía que ganar algo de tiempo para que se le ocurriera algo. En lo que se dirigía a la academia, se fue parando en todas las tiendas que le pillaban de paso, observando una vez más todo lo que había a su alrededor, moviéndose de un lado hacia otro hasta que por fín llegó a la entrada de la academia.

Según iba entrando en ella podía escuchar las voces de varios niños que correteaban por el parque, también algunos que se movian de un lugar a otro y claramente los que se encontraban en su aula correspondiente, ahora el momento de empezar con su clase así que se adentró en el aula que se le había asignado con enérgico saludo: Buenos diiiiiiiiiiiiiiiiias - El cual fue correspondido por varios alumnos, excepto por uno, que se encontraba subido en la mesa del profesor, cosa que hizo que Neliel se molestara y se digiera hacia el con paso firme para decirle: ¿Qué haces en la mesa del profesor? Tu sitio está allí, junto a los demás - Le comentó algo enfuscada, esperando su respuesta.

Mientras Inaru llegaba a la aula, algunos alumnos se preguntaron quién era ese chico, algunos murmuraban que podía ser un nuevo alumno, otros se susurraban que quizás era un bromista o un desamparado. Al fin llegó su compañera, de nombre desconocido para el crío. Pues ni se habían molestado en presentarse. Entró con un saludo energético y molesto, pues no era necesario subir la voz para saludar. Shen Lee observó como la muchacha, aún con su vestimenta informal, se acercaba a su posición con un rostro molesto y unos pasos de furia. Su siguiente comentario, o mejor dicho, su pregunta, sorprendió al chico, pues parecía tener cerebro de mosquito aquella muchacha. Además de fresca, también eres cortita de memoria, jijiji.- respondió el shinobi mientras ocultaba su risilla con las mangas de la túnica.

Dejó caer el papel dado por Tsuchikage encima de la mesa y dejó sus risas para más tarde, pues era hora de empezar con aquella tarea tan desagradable para el chico. Dejaré que empieces tú con la clase, pues eres mayor de edad, creo... jijiji.- volvió a reír el chico ocultando su risilla con las manos. Dio un bote en la mesa para levantarse y esperó a que la kunoichi empezara la clase, añadiendo otro comentario junto a esa risilla.- Seguro que los embelesas con tu aspecto, jiji.

Neliel se había adentrado en la clase observando a aquel extraño alumno que estaba situado encima de la mesa de la clase, se acercó a el y le dirigió unas palabras las cuales fueron contestadas entre risotadas en un tono algo sarcástico, dando a entender a ella que era tonto. Después, procedió a decirle que dejaría que su compañera empezara la clase cosa que la hacía confirmar su sospecha anterior haciendo que volveriera a pensar... Demasiado tonto. Ella sabía que en esos casos era mejor seguirles el juego e incluso a veces seguirle las gracias así que cuando terminó su última frase ella se limitó a sonreir y procedió a empezar.

La kunoichi no quería dar una clase de esas en la que se enseñaba teoria ya que solian ser bastante aburridas, a ella se le apetecia dar una clase de acción, movimientos y tal vez el momento justo para aplicar su "contraataque" contra aquel niño tan burlón que hablaba entre risotadas, pareciendo así, a la vista de la kunoichi que poseía una deficiencia mental o algo parecido.

Sin perder más tiempo, señalo al patio de la academia y pidió a todos los alumnos que se dirigieran hacia allí, al poder ser, manteniendo un orden para no armar mucho escándalo pero Neliel decidió esperarlos en el patio, situándose en un extremo suspirando mientras se iban colocando justamente en frente, formando una fila horizontal.

La kunoichi a modo de respuesta soltó un comentario sin sentido para los oídos de Shen Lee y, éste, la ignoró. Pero, al fin y al cabo, ella introdujo la próxima clase en aquella aula llena de críos de su misma edad o inferior, incluso Shen Lee conocía a algún repetidor. Triste, sí... pero cierto.
Cuando la chica tomó la iniciativa, cruzó los brazos observando los movimientos de la chica en aquella misión que, al parecer, se trataría de una clase práctica, lo cual causó gracia al shinobi e incitó a la mujer a una provocación con un comentario, "de los suyos". Por tal de no pensar... jiji. - tapó nuevamente su boca con aquellas manos pequeñas.

Los alumnos se fueron hacia el patio de la academia mientras la profesora ya se encontraba allí, situada en un extremo. Shen Lee fue el último en llegar el patio, pues prefería mantenerse detrás o fuera de ese jaleo de niños. Cuando todos se colocaban en fila en aquel patio tan familiar para el chico, el joven shinobi realizó un salto hacia un tronco cortado y clavado en el suelo, como "muñeco de prácticas" para arrojar armas entre otras prácticas. Una vez allí, esperó a que la kunoichi continuara con su clase práctica.

La kunoichi seguía ignorando las palabras de su supuesto compañero, solo se limitaba a sonreir hasta que se situó en el parque, esperando a que los niños se colocaran en frente de ellas formando aquella fila horizontal. Cuando por fín la fila estubo formada, su compañero de misión salió del aula, colocándose sobre un tronco observando lo que hacia.

Neliel se dispuso a empezar, sacó un pequeño cajón, el cual estaba repleto de kunais y shurikens y aunque eran de verdad, poseían un plástico en las puntas evitando así que fueran peligrosos y dañinos. Después los repartió, tres shurikens y dos kunais por alumno y encomendó la tarea, susurrándosela uno a uno al oido: - La práctica de hoy consistirá en acertar con las armas ninjas a aquel chico que se encuentra encima del tronco, cada acierto valdrá dos puntos, así que se os evaluará.

Al terminar de encomendar la tarea a cada shinobi se alejó un poco, esperando que diera comienzo el juego mientras sonreía a la vez que se llevaba sus manos a la cabeza.

Los alumnos escucharon con atención las instrucciones de la kunoichi y miraron con ojos ávidos de sangre a Shen,que permanecía encima de aquel tronco. Cogieron sus armas, preparándolas para la tarea encomendada y esperaron a que la profesora diera la señal. Cuando lo hizo, una jauría de chicos preadolescentes salió disparada hacia él, empujándose unos a otros, tratando de ser los primeros y los que más veces acertaran al objetivo. En parte, lo hacían por la nota que obtendrían después de aquello, pero, por otra parte, muchos chicos lo hacían porque Neliel estaba muy buena y deseaban complacerla para ganarse su favor.

La competencia era feroz y no paraban de llover armas desde todas partes contra el gennin, que, a pesar de estar aseguradas con una protección, harían mucho daño si conseguían dar en una zona sensible. Los gritos, improperios y empujones se sucedían, llegando algunos a coger armas que no eran suyas del suelo, para luego volver a lanzárselas, intentando así incrementar su puntuación. Era una locura, una tormenta incesante en la que Shen se había metido sin comerlo ni beberlo, y todo por causa de aquella juguetona kunoichi a la que parecía haberle caído mal.

Aquella mujer se la había jugado, pues ahora una manada de niños se dirigían hacia él con armas arrojadizas en sus manos que, aunque llevaran una protección para los cortes, eran bastante dolorosos. Un dos por uno, motivación por un lado y obligación por otro lado. Maldiciendo a la kunoichi por aquel estratagema, el crío dio un giro hacia atrás, cayendo en la ubicación contraria donde se hallaban los niños y cubriéndose con aquel tronco que, por suerte, paró todas aquellas armas dolorosas. Además de realizar una clase... se ha vengado de mi, la he subestimado.- pensó el niño y, acto seguido, soltó otra de sus risillas tapadas por las pequeñas manos del ninja. Jijiji.

Detrás de aquel tronco, el ninja no iba a consentir ser el blanco de aquellos críos. Su siguiente plan era distraer a aquellos críos mientras él realizaría una especie de guardián de magma, útil para bloquear todas aquellas futuras armas. Y, así fue, realizó el sello "Saru" y la distracción se creó, pues se trataban de dos réplicas de tierra. Doton Bunshin no Jutsu.- murmuró el chico al mismo tiempo que de la humareda salían aquellas dos réplicas. La primera réplica se fue hacia el lado izquierdo, intentó correr hacia el grupo de shinobis sin recibir daño alguno pero, uno de ellos le lanzó un kunai y se deshizo en arena. De mientras, la otra réplica se dirigió hacia la kunoichi, pues no quería ser el único en recibir shurikens y kunais. Realizó varios saltos ágiles para evadir más de una de aquellas armas infernales hasta acercarse a la kunoichi, pero se mantuvo a dos metros de ella, pues sabía que sería capaz de destruir su réplica. Confiaba en la mala puntería de aquellos críos para que alcanzaran a su "amiga".

Aprovechó ese momento para acumular chakra en su boca, fue una gran cantidad, pues los mofletes y garganta del crío se hincharon como un sapo. En el interior de su boca, comenzó a masticar, masticar y masticar. Su obra debería ser perfecta, pues la lava era difícil de controlar.

Aquella gran cantidad de niños había cumplido las espectativas de la kunoichi, se habian abalanzado sobre su compañero lanzándole una gran cantidad de armas arrojadizas en todas direcciones, pero este, no se quedó quieto. Se escondió detrás del tronco para formar una distracción compuesta por dos clones de tierra que alejarian a todos aquellos estudiantes de el por un rato.

Uno de los clones no duró mucho, fue destruido pocos segundos después de ser creado pero el otro consiguió acercarse a Neliel, haciendo que algunos niños lanzaran sus armas contra el poniendo a esta expuesta pero no, ella no se quedaría quieta tentando a la suerte para ver si un arma la golpearía o no. Así que realizó una sucesión de sellos a la vez que formaba una pequeña cantidad de humo para dejar caer un tronco de madera al suelo a la vez que desaparecía de esa posición.

Ella se había subido a un árbol que se encontraba justamente encima, dando a ver un gran radio de la zona en la cual pudo localizar la verdadera posición de su compañero así que sacó un poco de su arcilla explosiva, moldeándola y formando una esfera del tamaño de una hormiga la cual lanzo contra aquel bunshin que se situaba debajo de ella, haciendola explotar.

Aunque no sabía si con aquello habría conseguido destabilizar al bunshin señaló la verdadera posición de su compañero, mientras decía: - El verdadero está ahí y os queda poco tiempo... - Dijo la joven mientras pensaba en alguna motivación para que los niños siguieran insistiendo en aquella actividad que le parecía tan divertida añadiendo poco después esto: - El que más puntos consiga, tendrá una pequeña recompensa - Dijo mientras guiñaba el ojo y sonreía.

Los niños cayeron en la distracción que el gennin les había preparado, pero uno de los clones fue destruido poco después de ser creado. El otro, creyendo que era el verdadero, fue bombardeado por una lluvia de armas que, por poco, llegan a alcanzar también a Neliel, gracias a que se acercó bastante y aún tenían mala puntería. Sin embargo, la profesora temporal realizó la técnica del cambiazo, colocándose sobre un árbol y pudiendo ver desde allí una amplia zona. Dejó caer algo de arcilla contra la réplica de su compañero puteado de misión y, después, indicó a los alumnos dónde se encontraba el verdadero, añadiendo que habría una recompensa extra para el que lo consiguiera. Los chicos, enfervorizados por el sensual guiño de ojo de la kunoichi, se lanzaron como auténticas bestias descontroladas hacia la posición de Shen, lanzando todo lo que tenían a mano en cuanto le tuvieron a la vista. Escapar de aquella marabunta de preadolescentes con las hormonas revolucionadas iba a ser una tarea que se antojaba harto difícil…

La segunda réplica había posibilitado al crío distraer a aquellos estudiantes y a la misma profesora, quien realizó la técnica del cambiazo para evadir cualquier arma arrojadiza. Shen Lee le copiaría la idea más adelante, pues ahora estaba escupiendo por la boca a una de sus esculturas de magma (la figura era sólida, sin vida). Se trataba de un ser parecido a un perro, pero con aspecto monstruoso, pues no tenía suficiente tiempo para crear a su obra ya que, en ese mismo instante, escuchó a la kunoichi revelando la posición del genin, quien maldecía nuevamente a aquella muchacha. No le dio tiempo a dar vida a su obra, pues decenas de armas se dirigían hacia la posición del genin, quien realizó tres sellos para evadir aquella ofensiva y exclamó: ¡Kawarimi no Jutsu! (Técnica del Reemplazo)

Una estela de humo permitió al chico huir de aquellas armas arrojadizas e infernales dejando a cambio un tronco bien cortado en su posición. Ahora, se encontraba encima de un árbol, escondido entre las hojas. Su pequeño tamaño le permitía un camuflaje excelente. El cansancio invadía su cuerpo, la gran masa de chakra gastada por aquella obra y sus dos habilidades se hacían notables en el cuerpo. Ahora, intentaría recuperar energía después de realizar su siguiente habilidad, la cual daría vida a su obra: Yōton: Atsui (Elemento lava: Arder). Tras realizar aquel sello, el monstruo de lava se movía con cuidado por el patio de aquella academia, ahuyentando a los estudiantes.

Spoiler:

Todo había salido como Neliel esperaba, había usado sus encantos femeninos para que los estudiantes se implicaran cada vez más en su actividad, la cual, consistía en que aporrearan a su compañero, lanzándole todo tipo de armas arrojadizas pero como era de esperar el no se iba a quedar quieto, poco después de que se desvelara su verdadera posición ya había tenido tiempo suficiente para formar un pequeño monstruo de lava aunque yacía inerte hasta que aquel, desde su escondite le otorgó la vida.

Era el momento de que Neliel actuara, no le importaría que los niños salieran heridos pero si que estubieran en desventaja así que pensó rápidamente y se le ocurrió una idea la cual debería servir si aquel monstruo estaba formado del material que creía. Realizó una sucesión de sellos a la vez que formaba un pelícano de arcilla, el cual nada más ser creado se hecho a volar en busca de agua, su dueña le había ordenado que fuera al rio más cercano y trayera todo el agua que le fuera posible transportar y aunque su vuelo no era muy rápido, podría traer una gran cantidad.

En lo que el pelicano se desplazaba hacia el rio, Niichu se quedó observando desde el árbol, esperando a ver como reaccionarian los niños ante aquel bicho que irradiaba calor.

Los niños pensaban que ya lo tenían; estaba ahí y sus kunais y shurikens volaban desde todas direcciones contra el objetivo. Los más ilusos ya tenían ensoñaciones con recibir un beso de la profesora temporal o, quién sabía si, incluso, un abrazo que los estrujara contra su atractivo busto…. Pero todas aquellas fantasías se esfumaron cuando, al recibir los primeros impactos, el gennin se desvaneció en una cortina de humo, dejando tras de sí un tronco y una extraña escultura que había creado mientras estaban distraídos. Los chicos comenzaron a buscarle, separándose y mirando por todas partes, pero, cuando aquel monstruo de magma empezó a moverse, muchos salieron corriendo, aterrorizados, mientras que otros le lanzaron sus armas intentando abatirlo, como si fuera un enemigo más. Hubo alguno que llegó a saltar sobre él, golpeándolo directamente en cuerpo a cuerpo, de modo que se quemó al contactar con su piel, cayendo al suelo sin saber muy bien qué demonios había pasado.

—¡Profesora! ¿Qué hacemos ahora? —inquirió uno de ellos gritando, mientras huía despavorido de la maléfica creación de Shen.

Al parecer su obra de lava había sido eficaz ante aquellos estudiantes y la mayoría habían sido aterrorizado ante tal abominación. Otros, malgastaron energías en lanzar armas arrojadizas contra su obra, incluso uno se dignó a saltar para propinarle un puñetazo, pero el contacto físico quemó el puño del muchacho y retrocedió entre llantos y cayó al suelo, lleno de terror. Incluso uno de ellos gritó hacia su "profesora", lo cual causó gracia a gennin y se le escapó una risilla típica, ocultada por sus mangas. Jijiji.

Ahora, se dedicó a esperar en aquella rama mientras observó extrañamente aquel pelícano de arcilla que se había alejado del pato de la Academia Ninja. Por fin un poco de descanso... - pensó y, segundos después, suspiró.

El pelicano ya no podía verse en el horizonte, tal vez habría encontrado un rio o se habría alejado demasiado así que era cuestión de tiempo que volviera rebozante de agua. En ese tiempo algunos alumnos huyeron de aquel monstruo de lava que se encontraba entre ellos, pero otros, siguieron insistiendo en su tarea incluso intentando hacestarle algún golpe directo resultando ser quemado. Se había formado un buen alboroto, cosa que la joven agradeció, le gustaban las escenas en las que había pánico y terror pero para su desgracia ella no podía intervenir para aumentarlo así que siguió esperando en el árbol hasta que un niño se le acercó, preguntando que harian con aquel bicho, pero esa pregunta fue contestada rápidamente mientras señalaba al pelícano que ya se podía observar acercándose a gran velocidad estampándose contra el monstruo de lava a la vez que causaba una explosión bastante reducida, exparciendo el agua de su interior por la zona pero la gran mayoria sobre el.

Después de aquel acto suicida por parte del pelícano, Niichu formó algunos insectos de arcilla los cuales guiarian a los alumnos hasta la posición de su objetivo a la vez que esperaba que aquel monstruo no se volviera a mover almenos no durante un largo tiempo.

Los alumnos vieron cómo el pelícano volvía volando y se estrellaba contra la figura magmática que Shen había creado, esparciendo una buena cantidad de agua por la zona, la gran mayoría sobre aquella escultura animada. Luego, vieron cómo los insectos de Neliel se dirigían hacia la posición de su compañero de misión, así que, descubriendo su astuto camuflaje, los chicos volvieron a la carga. No obstante, algo los detuvo esta vez…

—¿¡Qué es todo esto!? —gritó la voz de un profesor, que salía del edificio, observando todo lo que ocurría, al haber escuchado las explosiones. Los estudiantes detuvieron entonces su ataque y se quedaron pálidos al ver la cara del chûnnin, teniendo claro que iban a llevarse una buena reprimenda. No obstante, fue a los dos gennin a quien se refirió—: ¡Vosotros dos! ¡Venid aquí! —ordenó, esperando a que ambos llegaran a donde él se encontraba, manteniendo una apariencia de cabreo extremo—. ¡Tenía entendido que os habían mandado enseñar cosas a los alumnos, no pelearos entre vosotros como dos niños pequeños! —comenzó, mirando sobre todo a Neliel, que era la mayor, ya que Shen sí que era un niño, aunque ello no lo exculpaba—. No sé qué os habríais creído, pero esto era una misión y, como tal, deberíais haberla cumplido a rajatabla. Por mi parte, informaré al Tsuchikage de vuestra nefasta actuación y podéis considerarla como un fracaso, al margen de las acciones disciplinares que su excelencia crea oportuno aplicar —determinó, bastante duro y con firmeza, informándoles de su primera misión fallida de la manera más estúpida posible—. ¡Largaos antes de que decida aplciar yo mismo la sanción! —concluyó, antes de ordenar a los estudiantes que volvieran dentro.

El pelícano de arcilla impactó velozmente contra la escultura de magma, con gran cantidad de agua en su cavidad bucal, destruyéndose ambos por la gran explosión causada por la kunoichi. Sorprendido por el cambio de velocidad de su obra, la explosión provocó la atención de los ninjas de la Academia Ninja. Mientras el chuunin salía de su aula, la kunoichi reveló la ubicación de Shen Lee con otra de sus obras de arcilla explosiva, las cuales asustó al joven y este retrocedió con un salto. Ahora, los estudiantes se disponían a continuar su clase de taijutsu pero... por fin, la "salvación" de Shen Lee, el chuunin había salido de su aula para acabar con aquella clase de explosiones, taijutsu o lo que fuera. Jiji... - rió débilmente el chico con la boca tapada por las mangas cuando el chuunin llamaba la atención de ambos ninjas.

Se acercó al profesor mientras bajaba las mangas, pero mantenía su rostro bromista. Aquel chuunin mantenía más la mirada a la kunoichi que al chico. Seguro que está mirando lo que no debe... - pensó, exagerando más su rostro alegre, mientras ignoraba las duras palabras de aquel chunin. Lo único que escuchó fue que la misión había sido fallida, pero al chico no le entristecía, pues no era una misión real aunque hubo acción. Tras la expulsión de ambos ninjas por parte del profesor, Shen Lee se llevó los manos a la cabeza y bostezó perezosamente y, acto seguido, comentó a la kunoichi. Todo esto por tu culpa... mujer fresca... jijiji.- rió nuevamente el crío, esta vez sin ocultar su risilla, mientras se acercaba a la entrada de los pasillos de la Academia Ninja. Ni pidió perdón ni nada, pues era tarea de su compañera.

Después de todo el escándola que se había formado en el patio de la academia, uno de los profesores apareció llamando la atención a los encargados de ello y aunque la mayor parte del tiempo pareció estar dirigiéndose a Neliel esta no mostraba ningún interés en sus palabras, simplemente se calló esperando a que terminara de hablar.

Todo fue por culpa del enano repelente y su bicho de fuego - Dijo antes de disponerse a salir, ignorando cualquier otra cosa que el chunin le dijera, después de todo la misión había sido bastante divertida. Al dirigirse a la salida se encontró de nuevo con su compañero de misión, el cual le echó la culpa a ella, cosa que no le importó mucho, ya que la kunoichi seguía pensando que el era un estudiante con bastantes dotes en el ninjutsu pero eso, no significaba que había cambiado su opinión así que como si fuera un chico tonto más, se dirigió a el.

- Oye, estúpido, creo que tus clases aun no han terminado. Aunque tal vez a ti te dejen salir antes por esos problemas tuyos... ¿no? - Al terminar se quedó algo pensativa, tenía que ser eso, alomejor el horario de los chicos "tontos" era más corto que el de los demás, ya que si no podrían entrar en un estado parecido en el que se encontró antes, creando armatostes de lava. Poco después se arrepintió un poco, tal vez había ofendido al chico, ya que ser tonto no debería ser cosa suya tal vez lo llevara en la sangre pero lo dejó pasar, olvidándose de ello a la vez que formaba un pájaro de arcilla para emprender el vuelo, pero no antes de dar la órden a aquellos insectos de arcilla que no habían explotado que fueran hacia su encuentro.

Cuando llegaron Neliel ya se encontraba en el aire, ella no pensaba ir en su busca, tenía una tarea mucho mejor para ellos. Los insectos, eran del tamaño de unas hormigas así que empezaron a moverse, subiendo por los zapatos de su antiguo compañero de misión intentando llegar hasta su pecho. En caso de que no llegaran a su destino explotarían y en caso de que llegaran también lo harian.

Aquella kunoichi continuaba dudando sobre el título de rango Genin del pequeño ninja. Éste, con una sonrisa en el rostro y riéndose de ella, escuchó el comentario de la chica, y su risa aumentó considerablemente, llamando la atención del profesor que maldecía a los jóvenes y se enfurecía por momentos. Al fin, la chica marchó con un pájaro de arcilla, otra de sus extrañas obras explosivas que ponían nervioso al chico, pues tenía miedo al poder destructor de sus explosiones. Aún así, la valentía se mostraba con su siguiente comentario, sin ánimo de burla ni ofensa. Espero que te vaya bien, kunoichi.- se despidió con la mano de la chica y el pájaro se elevó del suelo, volando por el cielo nubloso de aquel día.

El chico se dedicó a volver a las calles de la villa a pie, pues sus obras resultarían terribles con el contacto físico de cualquier habilidad del Elemento Lava. Aquellas dos obras restantes de la kunoichi se mantenían en pie y se dirigían hacia los zapatos del crío, quien los detectó a la medida de su cintura y los agarró y lanzó contra otro lado pero, por desgracia, aquellas hormigas de arcilla estallaron cerca de las palmas de las manos del muchacho y recibieron quemaduras que hicieron estallar de dolor al chico, pero no derramó ninguna lágrima, simplemente se dispuso a gritar y a maldecir a aquella chica. Avergonzado por aquella última escena, se marchó corriendo hacia las calles de la villa, sin dar oportunidad a nadie de salir de sus aulas antes de verlo.