El parque de Suna

Pase por aquellas calles cubiertas de Arena, pues todas las calles de Sunagakure aunque no lo quisiera estaban cubiertas de Arena, vi que había un parque con columpios, fuentes y sube y bajas. Me acerque a este y había 6 estudiantes jugando a Futbol, con unas porterías improvisadas. Me saque la arena de las Sandalias y me senté en un banco del Parque observando como aquellos estudiantes jugaban a Futbol. Uno de ellos parecía ser el que mejor jugaba pues se regateaba a todos y marcaba siempre.

Aunque era un 3 vs 3, siempre se la pasaban a el y el era el encargado de hacer todo lo demás.- Chico.- Me dirigí a el.- ¿por que no pasas el balón? Estoy seguro que tus compañeros también quieren que pases el balón, para que ellos puedan jugar lo mismo que tu.- Le pregunte y le conteste yo mismo, pues estaba seguro que me iba a responder mal.- Déjame, no eres mas que un perdedor.- Me contestaba, mientras cogía el balón y le decía a sus amigos que se fueran que yo molestaba, esas palabras me llegaron a el alma como flechas lanzadas que atravesaban mi corazón frágil. El parque se quedo solo, en silencio, solo con el Sube y baja chirriando.

Era un día horrible. El cielo se mantiene azul y despejado. No había ninguna esperanza de que fuese a llover hoy. Mikku no sabía que hacer. No encontraba otra diversión que luchar contra los ninjas de su aldea. No había algo mejor para él, todo a sus ojos era aburrido, excepto luchar. Parecía un obsesionado con convertirse en alguien fuerte, realmente era algo que le quería volver loco y si por ese camino continuaba, loco quedaría. No podía seguir así, pretendiendo ser el mejor ninja del mundo para sumir el mundo en la paz y ser reconocido por todos. Ser el mejor ninja del mundo no era una opción en su camino ninja. Existían mejores cosas, como convertirse en un ninja reconocido en su aldea, en alguien fuerte que pudiese defenderla, no en alguien totalmente poderoso, no en alguien inmortal, no.

Era a penas un niño, confuso todavía, no sabía que camino ninja escoger, aunque realmente debía saberlo, él no tenía ni siquiera idea de lo que iba a hacer con su vida. Darle un cambio a su vida, no vendría mal, ser alguien bueno, amable, podría serlo sin problemas, aunque lo fuese, eso tampoco quitaría el hecho de mantenerse siempre serio, no le gustaba mucho relacionarse con las personas. Se decantaba mas por la idea de que las personas se ganasen su confianza y no al revés.

Mikku hizo acto de aparición en el terreno de futbol de la aldea de la arena. Allí, donde la soledad deambulaba, pudo visualizar una figura que le parecía, familiar. Mikku se encaminó hasta a ella, manteniendo una distancia prudente de cinco metros apróximadamente. Lo vio, su cabello, sus ropas, era él. Aquel ninja que fue derrotado, masacrado, humillado por Mikku aun estaba con vida. No le pudo pedir perdón, realmente no queria cometer una traición. - Así que estás por aquí. Cuéntame, como te fueron con las heridas? - Pregunta al ninja, sin sonreír, como si de algo serio se tratase, aunque realmente lo era, pues pudo haberlo matado si el combate hubiese proseguido... y si no hubiese sido por la interferencia de aquel par desconocido.

Seguía con la mirada perdida mirando al cielo, hasta que un encapuchado apareció en el campo de futbol, le mire y le seguí los pasos con la mirada, se puso a 5 Metros de mi, y ahora si que lo pude ver con claridad, era el encapuchado que por poco me mataba en el Patio de la Academia, se me acerco y me pregunto por las heridas, en ese momento estaba confuso, no sabia si desenvainar la Katana y atacarle o seguirle hablando para ver a donde conducía la conversación.

Me decante por la segunda cuestión.- Bien, la verdad cuando esa arena me tiro al suelo, una ninja medico me ofreció su brazo para morder, pero yo no acepte y quede inconsciente, y me desperté así de una pieza y con mas energía que nunca, y tu, a donde fuiste una vez me pateaste?- Le pregunte con curiosidad pero también con un hilillo de miedo que se podía notar. Mientras a la espalda del encapuchado una ráfaga de viento hacia levantar un poco la arena y formar un pequeño remolino de arena que a los 5 segundos desaparecería.

- Te noto con miedo... de verdad estás bien? No lo pareces y tampoco me extraña habiendo rechazado la cura de un ninja médico... eso fue haber cometido una tontería, pudiste haber muerto... - Comentó. El espadachín resultó herido de gravedad de aquel combate. Un médico le ofreció su ayuda y él la rechazó. Mikku pensó que estaba muy mal en verdad y lo intentaba ocultar. Aquel temblar le llamaba mucho la atención. Mikku se preguntaba si estaba dispuesto a una revancha. En realidad, no quería luchar, simplemente darle la oportunidad para poder vengarse, no pretendía abusarse mucho de él, viendo su estado, era algo raro que una persona, herida de gravedad estuviese deambulando por allí como si nada, cuando podría caer en cualquier momento muerto.

De verdad, no se lo podía creer. Creía que lo mejor sería obligarle a tomar un reposo, pero con lo poco que lo conocía, sabía de antemano que se negaría a ello, y prefería Mikku, darle la oportunidad de vengarse, era lo unico que podía hacer el encapuchado por él. - Te permitiré vengarte. Te daré la oportunidad para que puedas vengarte de mi por aquello... - Le comentó mientras retiraba su tunica dejando que el viento se la llevase en dirección a un lugar incierto. Cruzado de brazos, lo observa, esperando una respuesta.

- ¿Miedo? ¿Yo? Un Espadachín, nunca tiene miedo, rechace la cura de aquella Ninja medico porque era muy hermosa y no me lo podía permitir morder tal belleza, una tontería para mi no es, para mi es respeto y es mas importante el respeto que la muerte.- Mientras decía estas palabras, el miedo del espadachín iba desapareciendo y en la cara de este se divisaba una sonrisa de mejilla a mejilla.

Siguió con la sonrisa y escucho lo que le decía.- ¿Una venganza?- Pensé y le conteste.- Un Espadachín sabe reconocer su derrota y sabe reconocer cuando ha perdido el Honor, yo se que contra ti no voy a poder ganar y he perdido el honor. No soy digno de que me mires a la cara ni de que me hables, por favor no me mires y no me hables.- Le suplico el espadachín agachando la cabeza. Mientras tenia la cabeza agachada observaba como el Encapuchado se movía y se caía algo al suelo, era su túnica que se la había quitado y se la estaba llevando el viento.

- Ayúdame a recuperarlo no hay peor derrota de un Espadachín que perder el Honor.- Mientras decía esto con la cabeza agachada y con un tono de voz de Suplica, me iban cayendo las lagrimas poco a poco, resbalando por el tabique de la nariz y finalmente cayendo a la seca Arena de color amarilla. La cual estaba era agitada por el viento que nacía del este.

El semblante de Mikku de repente cambió. Al verlo lamentarse de aquella manera despertó en Mikku ganas de matar. No sabía porque pero aquella debilidad, aquellas actitudes de perder, hacían a Mikku estallar en rabia. Mikku desplegó su arena de plata, la cual emitió un leve sonido que se iba haciendo mas fuerte cada vez que la arena se acercaba, haciéndose rodear Mikku por ella, poco después de su aparición. El ninja estaba intentando mantener la calma para no atacarle..., le iba ayudar, pero... la rabia de verle lamentarse, no sabía como actuar ante la situación. - Te ayudaré... -

Seguía mirando al suelo, mientras poco a poco dejaba de llorar, el viento que provenía del Este cesaba poco a poco, al escuchar el comentario de el ninja ya no encapuchado, sino del desconocido, decidí armarme de valor y levantar la cabeza.- Esta vez Sera distinto, esta vez no perderé, lo prometo.- Dije mientras ponía mi mano derecha sobre el mango de la Chokuto y me puse de pie. Al ponerme de pie, desenvainé lentamente la Chokuto. Observe al ninja de arriba abajo, ya que el se había quitado algo yo también lo haría así fue. Me desabroche los botones del Traje y de la Camisa. Me quite el traje y la camisa y los deje caer sobre el banco. Dejando ver así únicamente el Tatuaje con el Numero 3 y algo alrededor de este.- ¿Empiezo?- Le sonreí mientras daba unos pequeños saltitos y agitaba la Mugen, cortando el aire con el filo de esta.

Spoiler:

El ninja de la nube retiró su túnica y la dejó ir con el viento. Desplegó su arena de plata y por ella se hizo rodear. El espadachín desenvainó y empuñó su katana y observó al ninja de la arena de plata el cual cruzados de brazo estaba haciendo bailar su arena violentamente a su alrededor. Su semblamente parecía tranquilo y relajado mientras su arena por el fuerte movimiento que ejercía, sacudía el viento con fuerza sus mechones que sobresalían de su cabellera. - Eres lento. Me daré el lujo de empezar, lo siento... - Al decir aquello la arena empezó a desplazarse alcanzando una gran velocidad mientras se dirige hacia el espadachín para después, antes de poder atacarle, rodearle en primer lugar limitandole el espacio para moverse, una vez lo rodea en su totalidad la arena se lanza a por él, buscando agarrarlo en un ataud de arena de plata tras lo cual Mikku si bien llegaba a agarrarle, lo elevaría junto a la arena, apretando con fuerza la arena, intentando provocarle daños musculares muy intensos sobre su cuerpo. Intentaba controlarse, intentaba no provocarle mucho daño. Quizas él estaba tan mal, que aquel ataque, si le daba quizas podría derrotarle, quizas, quizas... tampoco lo sabía, ni creía el cuento de que se curo, por arte de magia...

Observe como a medida que caía la túnica, esta iba siendo rodeada por una arena y caía al suelo levemente como una pluma que se acaba de caer de una Paloma. Observé como los Mechones del Desconocido se sobresalían de su cabellera, cuando dijo algo que no me sorprendió.- ''Eres lento. Me daré el Lujo de empezar, lo siento'' - Después de acabar esto, observe que la misma arena que me había atacado en la Academia se abalanzaba sobre mi a gran velocidad y empezó a rodearme. Tuve muchos pensamientos en mi cabeza, no sabia que hacer.

- Un momento, Lavi, no pierdas la calma...Recuerda lo que te enseño Rokushiki-Sama.- Me decía mi consciencia dentro de mi.- '' Nunca pierdas la Paciencia contra el enemigo, siempre mantén la calma o las pasaras canutas''.- Recordaba dentro de mi, en ese momento agarre la Mugen con todas mis fuerzas y apretaba con fuerza el Mango. Concentre una moderada cantidad de Chakra en los Pies y empecé a correr, a correr como si un tigre hambriento me persiguiese, como si mi presa se me estuviera escapando.

Al intentar huir la arena de plata se dispone a perseguir a su oponente buscando agarrar sus pies y hacerle caer. Era veloz pero no era rival en velocidad para atrar la arena que se deslizaba por el aire cual tormenta de arena. Una vez la arena estuvo lo suficiente cerca de su oponente empieza a propagarse nuevamente a su alrededor mientras por la parte superior se iba formando una especie de cúpula de arena de plata la cual se endurece para capturar a su rival en su interior. Una vez intenta capturarle la cúpula de arena de plata se resquebraja un poco, lo suficiente para que Mikku pudiese ver en su interior y poder realizar su siguiente movimiento.

El siguiente movimiento de Mikku consiste en, intentar atrapar los pies de su rival, y los brazos, rodeandole con la arena mientras la arena de plata apretaba con fuerza las extremidades de su rival. Una vez, si el objetivo fue capturado, la cúpula se deshace y la arena que sobra, rodea a Mikku, mientras la otra se dispone a inmovilizar a su oponente. Mikku eleva la mano y señala a su oponente con su siniestra; de pronto, una bala de arena se forma de la nada con la arena de plata, y tras haber formado una pistola con su mano, imitando un disparo, la bala sale disparada a gran velocidad hacia su oponente, buscando penetrar en la carne del muslo izquierdo. - Bang! -

Al ver que la arena me iba a atrapar, a al desesperada me puse a hacer Sellos y a murmurar el Nombre de Estos.- Carnero → Serpiente → Tigre.- Y grite el nombre de la técnica.- ¡¡¡¡¡Bunshin no Jutsu!!!!!- Salieron 2 replicas mas a mi alrededor que salieron corriendo también, use a una de ellas de apoyo para saltar hacia un lado y que esta quedara encerrada. La otra replica y yo, nos escondimos entre los arbustos y pudimos ver como, la replica que hacia de cebo era atrapada y acto seguido le disparaban una bala de Arena en la pierna. El Chico de Cabellos Rubios, simulaba con su boca el sonido de un Disparo, al impactar la bala en el muslo izquierdo, el bunshin desapareció y solo quedaba la silueta de la arena sujetando nada.

El único bunshin que me quedaba y yo nos reímos y nos susurrábamos mutuamente. Decidimos que el volvería a hacer de cebo. Agarre la Mugen y la empece a agitar, formando así un poderoso viento que iría hacia el Rival. Repetí este movimiento hasta que pude realizarlo y lanzarlo.- Kujaku Ryuu • Goukuuhou (Estilo del Pavo Real • Cañón de Vacío) .- Grite mientras un cañón de aire iba contra el rival a gran velocidad,ejecute la técnica detrás de el bunshin,mientras parecía que el la hacia.

Cuando nota el cañón de vacío se aceca la arena de plata cubre el cuerpo del ninja de la arena y detiene el ataque de su oponente. En cuanto la réplica de su oponente se encuentra lo suficientemente cerca del rubio del escudo de arena de plata emergen varios picos que se abalanzan sobre la réplica buscando atravesarle. Luego los picos se retiran hacia atras y arremete el ninja de la arena con una gran secuencia de disparos sucesivos de arena que iban saliendo del escudo hacia el lugar de donde provino la réplica.

Por lo visto, había fallado su ataque, pues usa una réplica para engañar al rubio, haciéndole creer que le dio al real, el cual realmente se había ocultado de sus ojos. Para saber donde se hallaba, supuso que de donde provino la réplica, allí estaba él rival oculto, por ende, los disparos anteriores iban dirigidos hacia allí, para dañarle. Se mantuvo atento, por si notaba algun movimiento extraño, y así, podría localizarle y atacarle. - En donde estas? Hahaha - Rió, mostrando una leve sonrisa en su rostro.

Observe como un escudo de arena detenía el Cañón de Vacio que le había lanzado, mi replica se sorprendió, pues nunca había visto a alguien detener la técnica, quería decirle que volviese pero antes de que se lo pudiese decir el ya había sido atravesado por los picos de la Replica. Al impactar contra la replica, apareció mucho humo y no pude ver nada hasta que el Humo se disperso. Al ver que me iban a disparar,sali de mi escondite con las manos en alto sujetando la Katana.- Esta bien salgo,pero no dispares.- Le mire con una Mirada Fría y amenazadora.

El escudo de arena de plata de Mikku detiene el cañón de aire. La réplica de Lavi se sorprende y es eliminada tras haber sido atravesada por incontables filos de arena. Al haber sido la réplica eliminada el enemigo de Mikku decide mostrarse y dejar de ocultarse ante lo cual Mikk detiene la arena de plata. La arena se queda suspendida en el aire dando vueltas alrededor de su dueño mientras Mikku observa a su oponente - Veo que has decidido dejar de ocultarte... lo tomaré como un me rindo. Hablaste de recuperar tu honor y de tonterías, me has hecho perder el tiempo. - Menciona Mikku descruzando sus brazos y extendiendo su mano derecha hacia su oponente dando la ordena la arena de plata que fuese hacia él formando un brazo de arena que buscaba atrapar a su oponente y elevarle para luego estamparle contra el suelo.

Observe como la arena rodeaba a Mikku, esta estaba suspendida en el aire dando vueltas en el aire.- ''Veo que has decidido dejar de ocultarte... lo tomaré como un me rindo. Hablaste de recuperar tu honor y de tonterías, me has hecho perder el tiempo''.- Empecé a reírme, y envaine mi espada en su funda que estaba colgado en el cinto. Observe como alargaba el brazo derecho y la arena venia directamente hacia mi.

- Ese ataque otra vez.- Pensé y actué rápidamente, me puse las manos en la cara, observando como la Arena me cogía, me elevaba y me estampaba contra el suelo.- Tsk.. - Dije mientras tosía arena de mi cuerpo y me sacudía el pelo mientras de este caía Arena. Desenvaine la Mugen y empecé a correr hacia el desconocido de pelos rubios haciendo girar la Katana a gran velocidad. Cuando estuve lo suficientemente cerca, repetí el movimiento con mas velocidad.- ¡Kuro no Tatsumaki (Giro celestial)!

Técnicas Utilizas:

Las direcciones dadas por aquel shinobi de la arena facilitó la falsa misión de entregar las hierbas pensada por su hermano, quien se mantuvo inmóvil en la botella mientras el peliblanco se introducía en el parque. Aquel parque ya no rebosaba de felicidad, juegos y cantos, pues habían sido asustados por una batalla entre dos ninjas de la arena. Curioseado, se acercó a la situación, donde pudo observar a un encapuchado de pie, con brazos cruzados y observando a su contrincante, quien se encontraba en el suelo, malherido y tosiendo a causa del impacto. Este último, se levantó para propinar una descarga de estocadas con aquel movimiento giratorio y veloz.

- Entrenando en un parque... alborotando la tranquilidad... ¿o es simplemente un combate a muerte de verdad? - comentó el peliblanco, manteniendo los brazos cruzados y su firme figura mientras observaba aquel combate. Se dedicó a recopilar información de aquellos ninjas, quizás sacaría algo útil de ellos.

Niichu había salido a gran velocidad del edificio del Kazekage, tanta que no se permitió el lujo de bajar por las escaleras como haría normalmente, así que se abalanzó sobre la ventana, rompiéndola a la vez que llegaba al exterior. La alarma no hacía mucho que había empezado a sonar en toda la aldea, pero hubo el suficiente tiempo como para que uno de los ninjas encargados de vigilar la entrada apareceriera con los informes. Niichu no se lo pensó, si había algún intruso este debería haber pasado por aquella revisión como mínimo así que se dirigió a hablar con el.

Hola, si no me equivoco tu deberías ser el encargado de la vigilancia ¿no? - Preguntó la kunoichi con bastante prisa, ya que no podía permitirse perder un segundo hasta que el ninja se dignó a responder - Sí, soy yo, pero no sé que ha pasado, hoy ha sido un día bastante tranquilo, solo hemos recibido la petición de un ninja de la niebla el cual debería dirigirse al herbolario. - Esas últimas palabras, hicieron sonreir a Niichu había encontrado una pista a seguir así que le preguntó si podía realizar una copia de aquel extraño ninja cosa que fue aceptada por el, procediendo a realizar un henge no jutsu a la vez que le decía: - Es este, si lo ves intenta retenerlo y sácale toda la información que puedas pero nos interesa vivo, así que tenlo en mente - Concluyó, deshaciendo el henge para seguir avanzando hacia aquel majestuoso edificio.

La joven kunoichi ya sabía que tenía que buscar, pero no donde, así que empezó a recorrer las calles hasta que recordó que deberia dirigrse hacia el herbolario y aunque alguien ya había estado allí tal vez aun estubiera cerca. Después de un largo camino llegó, observando tres siluetas en el parque, dos de ellas eran conocidas para el, eran shinobis de Sunagakure pero la otra... era la persona que buscaba, aquel extraño ninja que decía proceder de la aldea oculta de la niebla. Según se iba acercando podía ir viendo la escena, aquellos dos ninjas volvian a luchar, entre sí... tal vez tubieran varias disputas pero ahora no era el momento de solucionarlas así que ignorándolos se situó al lado de aquel shinobi tan extraño, procediendo a emitir una onda de chakra en sus piernas y su cabeza (Henkou) a la vez que le sonreía, manteniendo la guardia y esperando a que hiciera algo.

La arena de plata se interpone entre el espadachín y Mikku. Gira el espadachín a una gran velocidad sobre si mismo mientras se acerca a su rival para propinarle una serie de cortes. Mikku contaba con su arena la cual se puso a su merced y detuvo los cortes agarrando la katana de su rival y por lo tanto inmovilizandole a él. Antes de que pudiese derrotar a su oponente, un sujeto desconocido interrumpió el combate. Mikku lo miró y se extrañó al poder apreciar su banda que representaba, según los símbolos apreciados, la aldea de la niebla, situada en el país de algua.

Mikku se preguntó que hacia aquel sujeto aquí. Por su tono de voz, juraría que le estaba vacilando, por lo que la arena lanzó a Yu Kanda por los aires, olvidándose de él, para centrarse en el ninja de la niebla. Mientras la arena se desliza hacia su dueño, antes de poder atacar al shinobi, otra persona interrumpe la escena, y esta vez se trataba de alguien familiar. Era aquella kunoichi, que se ofreció a curar a Yu Kanda tras su encuentro en la academia. Esta vez venia con intenciones hostiles, y no en su contra, si no enc contra del ninja de la niebla. Mikku se preguntaba que estaba sucediendo... pero no le hacían falta más motivos para arrasar con el shinobi.

Su arena velozmente se desliza por el aire hacia el ninja de la niebla para inmovilizar sus piernas, permitiendo que el golpe de la kunoichi, si bien le atrapaba, fuese certero.

Al salir disparado por la arena, impacté en un árbol apoyándome en este con los pies. Concentre chakra en los pies y salte, saltando por encima del desconocido de pelos rubios. Cayendo así en un tejado de una casa que estaba cerca del parque, desde lo alta de aquel tejado observaba el centro de la ciudad. Me gire y observe a un Ninja de Kirigakure no Sato y a la Kunoichi que me dio su brazo para morderlo cuando, el mismo desconocido en el patio de la academia me ataco.

Le sonreí.- Je ¿que pasa aquí?- Le pregunte a aquella Kunoichi con conocimientos en medicina, observándola así de arriba abajo y luego observando al ninja de Kirigakure. Era un muchacho de pelo blanco y cruzado de Brazos. Permanecía hay de pie sin hacer nada.- Vaya tipo mas raro.- Pensé y me deslice suavemente al borde del tejado, para luego saltar y caer suavemente cerca de la kunoichi.

Un aviso por parte de su hermano llegaba al walkie anteriormente obtenido por manos de éste. Ya había comenzado la acción, y un rostro se esbozaba mientras observaba la habilidad defensiva de aquel ninja que, sin esfuerzo alguno, logro parar aquel baile de estocadas por parte del espadachín. Admirable... - pensó el peliblanco mientras detectó una presencia nueva en esa escena y los movimientos rápidos de aquella arena, que se dirigía hacia él. No tuvo tiempo a ver la kunoichi, pues aquella arena la alertó para pensar que se trataba de una ofensiva, lo cual hizo reaccionar al peliblanco con una evasión mediante un jutsu básico. Kawarimi no Jutsu... - susurró al aire mientras sonreía. La cortina de humo dejó en su lugar un tronquito de madera bien cortado en signa de burla, el cual fue reventado por la ofensiva de la kunoichi, la cual observó desde la rama de uno de aquellos árboles secos del parque.

Su hermano le llamaba por el walkie, lo agarró y respondió con brevedad. Cuando puedas, ayúdame en el parque. Tres contra uno.- cerró el comunicador y empezó la verdadera batalla, el cual su primera táctica consumiría poco chakra y crearía una gran distracción. Realizó una sucesión de sellos y colocó la palma sobre la rama, al mismo tiempo que se dibujaban una serie de grabados oscuros y aparecía Hina en su hombro, quien esta vez no maulló, suerte para el peliblanco. Le susurró al oído que estaba en graves problemas, la muerte le acechaba y, Hina se tomó en serio la batalla. Ambos, a la vez, realizaron un único sello, el cual provocó la réplica de ambos, dos réplicas de tierra del peliblanco y dos réplicas de tierra de la gata ninja, los cuales salieron bajo el árbol.

Conocía las habilidades de los dos ninjas y una cualidad de la kunoichi. El encapuchado, capaz de mover arena a grandes velocidades para defenderse de cualquier agresión y, al mismo tiempo, contraatacar a su oponente. El espadachín, capaz de realizar estocadas, parecía no tener ninguna habilidad sobrenatural. Y, por finalizar, la kunoichi poseía una extraña habilidad con chakra sin alteración elemental. Por lo tanto, decidió crear una especie de estrategia, la cual se efectuó al momento. Las réplicas de la gata se dirigieron hacia el encapuchado, éstas dos distraerían al ninja con saltos ágiles y movimientos veloces alrededor de él. El resto de los clones de tierra, se dirigió hacia la kunoichi, pero sólo uno se dedicó a molestarla con un lanzamiento de senbons mientras que, el otro, se dedicó a desenvainar la tantô para esperar los movimientos del espadachín. Estaba seguro que no podría superar sus dotes con la espada, pero la distracción sería segura.

Mientras tanto, gata y ninja se encontraban encima de la rama. Su primer objetivo, la kunoichi, quien parecía ser atacada con un lanzamiento de senbons hacia ella y una pequeña área alrededor de esta. El peliblanco, ayudó aquel lanzamiento lanzando cinco agujas más a posiciones detrás de ellas y a aquel lugar donde se encontraba, por si se atrevía a bloquear el primer lanzamiento.

La kunoichi se había limitado a prepararse para el combate, ya había aplicado las mejoras en sus piernas y ojos, aquellas ondas de chakra habían tensado sus musculos y era el momento de pasar a la acción, aquella especie de samurai se había acercado a ella para preguntarle la situación, siendo informado con brevedad y dándole un localización a la que este debería dirigirse. Poco después, el otro ninja de sunagakure había empezado una ofensiva, el había ordenado a su arena que se desplazara hacia la posición del enemigo con la intención de atraparle pero falló, dándole la oportunidad de desaparecer formando un reemplazo el cual le sirvió para empezar con su ofensiva.

Esta consistía en la creación de varias copias desde un escondrijo, algo bastante estúpido por su parte ya que no sería nada del otro mundo para ella poder detectarle y diferenciar cual era el real. Todas aquellos clones no eran más que una simple distracción, unos gatos se habían dirigido hacia la posición del ninja que dominaba la arena para distraerlo mientras que las dos copias del ninja de kirigakure se dirigian hacia su posición y la de su acompañante a la vez que empezaba a ser atacada con una gran sucesión de senbons.

Era el momento de que ella actuara, así que acumuló chakra en sus puños, formando un círculo de chakra delante de estos y se quedó quieta un instante, observando el desplazamiento de los senbons los cuales podía observar con mayor facilidad gracias a la mejora que había aplicado antes en su vista, así que interponiendo sus puños entre ellos fue rechazándolos a la vez que retrocedía para pensar en su contraataque, lo principal era desvelar la verdadera posición de su enemigo, así que cogió cuatro senbons para posteriormente pasarlos por sus guantes haciendo que estos tambien cogieran las propiedades tóxicas que poseian. Seguidamente lanzo tres hacia la posición del ninja, guardando el último para lanzarlo contra el pero no antes de añadirle un shinobi ito, el cual serviría para controlar su trayectoria, el cual sería lanzado en caso de que esquivara los anteriores mientras decía: El real está en aquel arbusto y se ha traido compañia... - Concluyó mientras seguia pendiente de los demás bunshins de los cuales debería encagarse su compañero.

Su primera estrategia dirigida hacia ella había sido repelida y Niichu esperaba que la suya diera resultado, pero tenía que estar pendiente de aquel molesto bunshin que aun merodeaba por allí, así que sin bajar la guardia le pidió al espadachin que los entreteniera antes de partir.

Spoiler:

La arena de plata de Mikku falló. Aquel ninja de la niebla evita el agarre de la arena de plata y emplea una técnica de sustitución intercambiando su cuerpo por un tronco de madera el cual posteriormente destrozado es por su compañera. El ninja de la niebla escapó de la vista del arenista por unos breves instantes. Poco después de su desaparición, emergen de los arbustos las réplicas de un gato. Mikku cree por un momento que se trataba de una ilusión, pero se dispone a comprobarlo él con sus propias manos. Un tornado de arena de plata se fue acumulando entorno a Mikku el cual provoca que sus cabellos se meciesen con violencia para después expandirse a su alrededor contrarrestando a las réplicas del gato despidiéndoles agresivamente. La potencia del tornado fue suficiente era suficiente para arrasar con las réplicas.

Poco después, el tornado cesa. Mikku puede apreciar como las otras réplicas se dirigen hacia su compañera. Velozmente se dispone a utilizar sus manos para desplazar y controlar su arena con velocidad desplazándola hacia las réplicas. Posteriormente, Mikku las ataca por sus retaguardia buscando atravesarlas con lanzas de arena para eliminarlas y sacarlas del juego a todas con facilidad y sin muchas complicaciones. Ahora debía encontrar la posición real del verdadero. – En donde se encuentra el verdadero? – Pregunta Mikku y responde la kunoichi comentándole que el verdadero se hallaba en un arbusto y trajo compañía. – No pienso alargar esto mucho... – Eleva su mano a la vez que su arena de plata también se eleva formando un tornado sobre ellos que va inclinándose hacia el área donde se encontraba el ninja de la arena y su acompañante girando con tal fuerza que los arboles iban siendo destrozados.

En cuanto al espadachín, este pudo detener su caída impactando en el tronco del árbol con los pies y logro impulsarse hacia un tejado donde observaba todo lo que estaba sucediendo. Parte de la arena de Mikku, giraba entorno a él formando una armadura que no era a simple vista notable. Su armadura de arena de plata era lo suficiente resistente para detener los ataques físicos dirigidos a él y reducir sus daños pudiéndose incluso hacer inmune a ellos dependiendo de su potencia.

Mire a pelos rubios.- Es bastante serio, ¿por que será así? - Pensé y le mire con intriga.- En el fondo es un buen chico, pero parece que tiene problemas con su ira.- Pensé y volví a mirar a los arboles. Observe que la kunoichi también esperaba un ataque, yo como había perdido chakra y las heridas me estaban sangrando, decidí sentarme en el borde del tejado y no molestarles.

Mientras, las ventanas de la casa en la casa del tejado donde estaba sentado, se estaban cerrando. En cuanto al viento del Este que había antes, este había dejado de agitar la arena del parque y de agitar las ramas del parque. Levante la vista hacia el cielo y el sol brillaba con sus rayos en lo alto del cielo y a su alrededor unas nubes blancas como la lana.

Spoiler:

Los ninjas de la arena respondieron ante la ofensiva con buenas expectativas desde la visión del peliblanco. No era de extrañar, pues no se quedarían de brazos cruzados ante aquella oleada de réplicas y senbons. El espadachín, por suerte, se dedicó a estar en reposo ante aquella situación. Las reacciones de los ninjas permitió dar una idea al peliblanco sobre las habilidades de cada uno pero, por desgracia, aquella análisis permitió el alcance de la ofensiva del encapuchado, quien desvió los senbons de la kunoichi. Se encontraba en medio de aquel tornado de arena plateada, ésta le realizaba cortes superficiales y lo elevaba con lentitud hacia el aire. Por suerte, Hina se escapó con un salto ágil y se desplazó hacia otro árbol, dónde allí continuó con dos réplicas de barro más creadas por su propio chakra.

En el aire, mareado y confuso por giros y cortes, el tornado de aquel ninja cada vez poseía menos fuerza hasta el punto de impactar contra el suelo, donde allí quedó desorientado y mareado, pero no se permitía quedarse allí... puso las manos sobre el suelo y, lentamente, se levantó. Ese combate era difícil, tenía las de perder.

Las dos réplicas de la gata volvieron a la carga, cada una se abalanzó contra un ninja de la arena, dejando al margen al espadachín, así dándole tiempo al peliblanco a huir.

La kunoichi había realizado sus movimientos, había conseguido rechazar el ataque de su enemigo a la vez que uno de sus compañeros formaba una pequeña tormenta de arena, eliminando los clones de tierra que se hallaban en la zona aunque por suerte o desgracia esto también fue dirigido contra el ninja de kirigakure haciendo que sus senbons fueran rechazados a la vez que lo lanzaba por los aires, dejándolo expuesto a su siguiente senbon. Este en un principio se dirigia hacia su pecho, pero con un ligero toque empleado gracias al hilo que lo sujetaba consiguió desviar su trayectoria, clavándoselo justamente en el tobillo del pie derecho.

Niichu había conseguido dañarle con su arma tóxica, era el momento de ponerlo a prueba en su mayor explendor, así que sonrió a la vez que esperaba el próximo movimiento de su enemigo aunque por desgracia, la mejora visual que había aplicado en su vista había empezado con sus efectos negativos, dañándola y haciendo que empezara a ver algo borroso. No era un buen momento para alarmarse, aquello sería algo temporal y podría regenerarse con facilidad si aplicaba sus habilidades sanadoras, así que dio un pequeño salto hacia la posición de su compañero arenoso, situándose al lado de el a la vez que cerraba los ojos y empezaba a concentrar algo de chakra en sus ojos haciendo que la regeneración fuera más rápida y avanzada.

Ella aun se encontraba en aquella situación algo molesta, su vista iba mejorando, pero aun tendría que esperar un rato para poder manejarse con agilidad, así que aprovecho para relajar las piernas a la vez que estas volvian a su estado normal, apenas habían sido tensadas así que los efectos en ella fueron bastante leves. Niichu no podía permitirse depender solo de su compañero asi que abrio un ojo, a la vez que buscaba la posición de su enemigo intentando encontrar su chakra.

Este se había desplazado después de ser azotado por la arena y aunque tubiera la intención de huir no podría llegar muy lejos, pero esto no se había quedado en esa situación, volvieron a aparecer dos réplicas del gato los cuales se dirigian hacia ambos ninjas, Niichu supuso que le volvería tocar defender a ambos a su compañero así que aun con el ojo izquierdo cerrado volvió a tensar las piernas, corriendo en línea recta, dejándose guiar por la posición del chakra del shinobi. Esta apenas veía, solo pudo observar varias siluetas grises, con las cuales pudo diferenciar algunos obstaculos y seguir avanzando a la vez que lanzaba otro senbon hacia la posición del shinobi aunque este posiblemente fuera esquivado con facilidad pero ella se había sentido con la obligación de intentarlo.

En caso de que su compañero no la defendiera de los gatos, realizaría una sucesión de sellos, formando un reemplazo para seguir avanzando y en caso de que lo defendiera realizaría la técnica del clon, formando dos réplicas de si misma para intentar distraerlo en lo que volvía a su estado normal.