Merodeando por Konoha

La noche era clara. Una glorioso luna llena observaba a los mortales junto con su siempre atenta consorte de estrellas. Pero en ese momento no observaba a simples mortales, observaba los más bajo de ellos todo junto en un mismo lugar Tanzaku Gai. En aquel lugar se juntaba el juego, la bebida y las mujeres hermosas todo lo que degrada al ser humano pero que a la vez atrae tanto, malditos seres hedonistas estaban hechos... Al final todo se reducía a lo mismo, buscar el placer y evitar el dolor... Pasarlo bien y olvidarse de aquel maldito mundo. Pues a causa de todo esto Hiruma estaba allí deambulando por aquellas calles.

Si en ese momento Hiruma se encontraba allí precisamente no es un misterio, de hecho tenía una fácil explicación. Acababa de realizar un misión. Escoltar un gordo e parlachín comerciante hasta allí. Realmente había sido una de las misiones más aburridas que había llevado a cabo, casi que era más entretenido limpiar los retretes de toda la villa. El maldito gordo, cuyo nombre ya había olvidado, no había parado de hablar en todo el trayecto, que si dinero por aquí, que si familia,blablabla...pesado.... Y si almenos un grupo de bandidos, no pedía más que un mediocre grupo de bandidos ni que fuera, les hubieran atacado almenos se lo habría pasado bien un rato... ¡Pero no! ¡Nada de nada! Solo simple y llano aburrimiento junto a alguien a quien hubiera deseado degollar.

Y por eso estaba en aquel momento allí, lo que buscaba era simple: diversión. Aunque no sabía si allí la encontraría, pues había llegado allí de lo que hablaba la gente, parecía un buen lugar para que matones sin nada mejor que hacer atacasen a indefensos extranjeros. Se le hacía la boca agua mientras lo pensaba, a la par que hacía crujir sus nudillos. Que lo intentaran, hacía mucho que no vendaban y aquello le empezaba a mosquear... Era como un perro rabioso con una cadena demasiado corta en aquellos momentos.

Pero bien, siempre había una manera de alargar la correa... Hiruma se desvió de la calle principal por donde había estado paseando, toda decorada de luces de colores, mujeres semidesnudas y borrachos, y entró en el primer callejón que encontró a la espera de encontrar a alguien que mereciera la pena... Nch. Nadie, el callejón vació... Giro sobre sus talones dispuesto a volver a la calle principal con resignación cuando tres sombras le taparon la salida. Una sonrisa afloró en los labios de Hiruma. Era aquello lo que estaba esperando...

Eran tres, el de la derecha era un tipejo alto, calvo y vestido muy pobremente. No parecía excesivamente fuerte. El de la izquierda un hombre que más que un hombre parecía un tonel, también calvo...debía ser la moda de Konoha... Finalmente el del medio era un tipo de complexión normal, con un tupé. En las manos llevaba una especie de palo...suponía que para intimidar...iluso. Empezó a decir algo que nunca llegó a los oídos de Hiruma, puesto que un puño le cerró la boca de golpe.

Hiruma no quería escuchar más palabras...estaba harto... había comenzado la acción. Los otros dos lentos de reflejos ni se lo había esperado. Aún menos el gordo cuando un codo se clavó en su cara. Hiruma se giró en pos del ultimo. El tipo alto. Este intentó plantar cara, no sin mucho éxito... Se comió un finta básica para después acabar en el suelo a causa de una patada en sus partes intimas.

-Basura...- Dijo Hiruma con su voz cargada de desprecio a la par que escupía en el suelo.- No me habéis servido ni para calentar... Que os jodan.- Le dio una patada en el estomago al primer derribado y salió de nuevo a la calle principal. ¿Y bien como se podía realmente divertir uno allí?