Prácticas medicinales.

La joven médica había estado en el herbolario de Sunagakure varias horas, a simple vista parecía estar jugueteando con varios frascos, mezclando líquidos de diferentes colores para ver cual sería el nuevo color que se formaría, pero no, no era así. Niichu estaba intentando eliminar una sustancia tóxica, la cual, hacia que permaneceria un color rojizo en el frasco. Por muchos antibióticos que le echara este siempre acababa destruyéndolo aunque a veces, parecía mutar y aumentaba su volumen.

Ya estaba casanda, había probado casi todo lo que le había ocurrido y seguía sin encontrar la cura para aquella sustancia tóxica. Empezaba a hacer calor así que decidió ir a dar una vuelta por el herbolario para airearse y despejarse un poco, debía pensar en otra cosa podía probar ahora. Durante su pequeño paseo observó varias plantas medicinales y cogió varios fragmentos de estas aunque de repente observó una, esta no tenía nada de especial pero Niichu mostró algo de entsusiamos y se abalanzó sobre ella cogiendo varias hojas y se fue a gran paso hacia la mesilla de pruebas que se encontraba en su fragmento del herbolario.

Estubo machacando varias hojas, tanto que las convirtió en una especie de polvo de color verdoso, seguidamente lo mezcló con otras sustancias y preparó un pequeño frasco con esa pócima que había creado. Esta, la fue virtiendo lentamente sobre el frasco que poseía la sustancia tóxica y esta empezó a retroceder, era la primera vez que esto pasaba así que tal vez esto daría sus frutos. La sustancia roja empezó a comprimirse reuniendose en una pequeña esfera la cual se iba recalentando a gran velocidad. Niichu paró de echarle la sustancia que estaba corrompiendo aquel veneno y se quedó un instante observando como la esfera roja que se habia formado volvía a su estado normal, o eso parecía porque segundos después se extinguió.

Por fín su trabajo en el herbolario había terminado por hoy, así que de dirigió hacia el hospital para ayudar, como solía hacer en sus ratos libres, pero no antes de colocarse una de esas batas tan feas que solían usar allí ya que se encontraba con unos ropajes bastante ligeros, unas vendas alrededor de su pecho, cubriéndolo y un pantalón rojizo bastante corto. Cuando se colocó la bata, se dirigió hacia el hospital dejando todo tal y como estaba, en desorden como solía permanecer.