El día después. (Fin de la misión)

Llegaron a las inmediaciones de la aldea, Ginzuo seguido de ambas mujeres, las cuales aún estaban aterrorizadas por todo lo que habían vivido, miraban hacia todos lados, los habitantes de la niebla no eran muy sociables por lo tanto nadie se fijó en ellos, todo el mundo caminaba de un lado para otro en sus tareas diarias sin siquiera mirar a su lado. Llegaron hasta el edificio del Mizukage, lo cruzaron y subieron hasta el despacho de éste, allí pidió permiso para entrar.

- ¿Se puede? - Preguntó mientras entraba acompañado todavía por las mujeres, y se colocó enfrente de la mesa de su despacho, comentándole lo que fue la misión. - Mizukage-sama, he completado la misión, aquí el informe. - Le entregó en un pergamino que había escrito por el camino todo lo sucedido en el encuentro con los bandidos.

Informe de Misión : Atrapar a los bandidos:

Dejó el informe de la misión sobre la mesa, esperando la respuesta del Mizukage.

El mizukage saludó a los gennin al entrar y luego asintió satisfecho, para leer el informe que le entregaron. Tras un minuto ojeándolo, lo guardó en un archivador cercano y sacó de un cajón una bolsita con monedas. La dejó sobre la mesa para que Ginzuo y Yagara la cogieran y sonrió.

—Bien hecho, chicos. Vosotras podéis volver a vuestra vida normal, queridas —dijo, refiriéndose a las mujeres. Cuando éstas se fueron, el mizukage miró con seriedad a ambos shinobi, delatando que iba a encargarles una misión de importancia—. Creemos que la aldea de la Arena está acumulando cierto poder y no debemos descuidar nuestras defensas. Por eso, voy a enviaros allí para que recopiléis información sobre sus ninjas. Tratad de pasar lo más desapercibidos posible, ya que, si montáis algún escándalo, puede que os ejecuten por espionaje. Tendréis dos pases diplomáticos, pero, aún así, llevad cuidado —explicó, con algo de preocupación, para luego añadir—: No mando a gente más experimentada porque llamarían demasiado la atención y seguro que les tendrían más vigilados. Confío en vosotros —aseveró.

Ginzuo asintió a la vez que decía. - Mi especialidad es la infiltración Mizukage-sama, lo haremos con mucho gusto. No le decepcionaremos. - Cogió los pases diplomáticos y el dinero y se dirigió a la salida mientras se despedía con la mano. Bajando las escalera llegó de nuevo a las calles de la niebla... con una niebla matutina bastante familiar.