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Enseñanza de Nekobaa (Yagara)
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Enseñanza de Nekobaa (Yagara)
¡PUFF! Yagara había desaparecido del ramen en el cual su hermano le había dedicado una carrera para llegar. Sin saber donde estaba, su primer pensamiento fue dedicado hacia su hermano. Parece que tendrá que pagar el ramen... - sonrió para si mismo y se levantó del suelo. El aroma proveniente de aquella ciudad le resultaba ligeramente familiar, así pues se levantó y la primera imagen que observó fue el trono de la anciana Nekobaa acariciando un gato en su falda, de color oscuro y de ojos azules. Susodicha mujer recibió al peliblanco abriendo sus brazos.- Cuanto tiempo, Yagara-kun... Espero que disfrutes de tu estancia aquí, pues será prolongada.
Nekobaa... cierto es, tiempo que no nos vemos.- respondió el peliblanco manteniendo la mirada con la anciana. Éste, se levantó lentamente y observó a su alrededor, para realizar un análisis rápido. El número de gatos en esa habitación era mayor al usual, el cual hizo extrañar al peliblanco. ¿Cómo está usted, nekobaa? Y... ¿en general, cómo va la ciudad? - preguntó con real interés. El gato de la falda de la anciana reaccionó con un veloz salto y cayó a la derecha de Nekobaa, de pie y mirando al peliblanco, el cual le devolvió la mirada. Yagara cruzó los brazos, en espera de la anciana.
La anciana Nekobaa se agitó levemente y avanzó un paso del trono. Agarró los apoya-brazos con ambas manos y se levantó con dificultad. Pocos segundos después, se llevó la mano a la boca para disimular la tos. La edad tiene un precio, Nekobaa-sama... - comentó el peliblanco y, la anciana, se dispuso a hablar. Yagara-kun, como sabes, la edad de los neko-nin está en decadencia. El penúltimo invocador, mi sobrina, de los neko-nin ha muerto, - dijo mientras reducía el volumen de su voz- Ahora sólo quedo yo, y su arte desaparece en el tiempo. Los neko-nin padecerán y sólo serán mitos y leyendas. Por eso, junto a la opinión de Nekojii, el gran sabio, hemos decidido que... - movió su brazo derecho y señaló a Yagara - empieces tu entrenamiento en el arte del Kuchiyose no Jutsu.
Nekobaa-sama, lamento la muerte de su sobrina, le doy mi pésame.- respondió primeramente el peliblanco y subió la mirada para observar a su maestra, en la cual se le podía apreciar unos ojos relucientes por las lágrimas derramadas por su sobrina.- Realmente, lo siento.
El peliblanco bajó la cabeza y la anciana bajó los brazos y la mirada, la cual levantó segundos después para retomar la conversación, al mismo tiempo que quería ocultar sus sentimientos, su lamento y su nostalgia. No es tiempo para habladuras, quiero formarte como un verdadero shinobi. Tú, tu misión y tu destino será llevar al máximo esplendor a los neko-nin y que perduren en la historia. La época de decadencia ha durado demasiado, por lo tanto... ¡TÚ serás el último neko-nin! Vamos, ¿a qué esperas? - dijo la anciana al mismo tiempo que hacía el gesto para que se levantara. Sígueme.- ordenó al peliblanco, el cual la obedeció inmediatamente. Nekobaa introdujo sus manos en las mangas y caminaron a través de un pasillo de larga longitud. En ese tiempo, Yagara dedicó un tiempo para pensar en si mismo. ¿Mi destino? Nekobaa-sama se hace mayor y quiere que tome con su carga... no sé si estaré a la altura de sus deseos. Lo único que puedes hacer, Yagara, es esforzarte al máximo y dar tu mayor resultado en este entrenamiento. No puedes defraudar a Nekobaa-sama y... además, es una gran oportunidad para adquirir facultades shinobis y un gran poderío.- suspiró y agitó levemente la cabeza y murmuró, sin que Nekobaa-sama se diera cuenta. Sí, sí, esta es la gran ocasión.
Hemos llegado a la aula de entrenamiento.- aclaró la anciana. El rayo de luz iluminó el rostro de Yagara, el cual rebosaba de felicidad. Resultaba ser un patio con una gran vegetación y variedad de colores. Rebosaba de pureza, de paz, de armonía y de tranquilidad. Un lugar idóneo para concentrarse, relajarse o cualquier actividad el cual requiera tranquilidad. En el centro del patio, un hermoso árbol centenario daba sombra a gran parte de aquel lugar y, el peliblanco, comentó a Nekobaa el trabajo y el esfuerzo llevado para crear esa maravilla natural. Parece que te tomas muy en serio la jardinería, Nekobaa-sama. La anciana no respondió ante tal comentario, pero seguramente agradeció su alago. Nekobaa es realmente modesta.- pensó en su interior. Cuando desvió su mirada hacia la anciana, observó a esta lejana al lugar donde se encontraba el peliblanco. Ese lugar realmente le había embobado. La anciana realizó el sello Tigre con ambas manos, y apareció el pergamino de contrato. El pergamino volvió a la memoria del peliblanco, y la pequeña trama con la anciana Nekobaa también. Aquí empieza el entrenamiento. Primero de todo, debo decirte que el contrato realizado con los neko-nin no fue nada simbólico.- y desenrolló el pergamino, el cual se podían apreciar un máximo de 7 firmas, cinco de ellas tachadas o, simplemente, borrosas por el paso del tiempo.- Sirven para llamar a los neko-nin, te haré un ejemplo...
La anciana se delantó unos pasos y mordió el dedo pulgar, el cual derramó poca sangre. Realizó una sucesión de sellos: Jabalí → Perro → Pájaro → Mono → Panda y pronunció la habilidad al mismo tiempo que posaba en el suelo la mano y salían unos símbolos oscuros: ¡Kuchiyose no Jutsu! Una humareda blanca ocultó el rostro del neko-nin invocado, pero la silueta hizo ver que se trataba de poca estatura. ¿Qué utilidad me dará un gato de ese tamaño? - pensó el peliblanco, y segundos después pudo conocer el nombre de ese neko-nin, ella misma se presentó tras Nekobaa le indicara que era aliado.
Mi nombre es Hina... - dijo la neko-nin y se acercó al peliblanco con pasos cortos hasta llegar a sus pies.- ¿Y el tuyo? El peliblanco, sorprendido en los acontecimientos sucedidos, suspiró para tranquilizarse y tomó unos segundos para responder. Mi nombre es Yagara, encantado.- se presentó el joven y Hina, la neko-nin, realizó dos saltos ágiles y se posó en el hombro derecho del peliblanco. Mmm... Nekobaa-san... has escogido a un buen joven, su hombro es perfecto para mi.- dijo, al mismo tiempo que frotaba su cabeza por el cuello del peliblanco y, acto seguido, maulló. El peliblanco ni se inmuntó y Hina continuó con su charla.- Te diré cual es el secreto del Kuchiyose no Jutsu, también llamada Técnica de Invocación, deberás morder tu dedo o sacar sangre tuya y mezclar la sangre con tu chakra tras realizar los sellos: Jabalí, Perro, Pájaro, Mono y Panda y deberás llevar la mano sobre una superficie, preferimos el suelo, por supuesto. Mezclar la sangre del invocador que hay en el pergamino con tu chakra llamará a un neko-nin de la familia en tu ayuda. Normalmente será el que desees, pero... a veces, quien sabe... jaja.- río pícaramente y bajó del hombro del peliblanco.- Inténtalo, espero que me llames a mi.- se despidió y la neko-nin desapareció.
Parece que le has caído bien a Hina... ja, ja, ja. - rió la anciana. El peliblanco se encontraba confundido por la extraña risa de Nekobaa-sama.- Vamos, te toca, Yagura-kun. Veamos como realizas el Kuchiyose no Jutsu. - la anciana se retiró de la sala lentamente, pasos cortos y movimientos lentos. Una vez el peliblanco se quedó solo, se quitó la túnica blanca rasgada y la dejó caer a su lado.
Bien, recuerda los pasos comunicados por Hina-sama.- pensó para si mismo y realizó la primera práctica. Mordió la llema del dedo pulgar. Primero, sangre del invocador.- Realizó el sello Jabalí, el sello Perro... Luego, los sellos... Jabalí, Perro, Pájaro, Mono y Panda. ...el sello Pájaro, el sello Mono y el sello Panda al mismo tiempo que concentraba chakra. Y, finalmente, posar la mano en el suelo en el suelo.- y el peliblanco puso la mano en el suelo, en el cual se formó unos símbolos en círculo y salieron diferentes líneas de los mismos grabados hacia diferentes lado, así formando una especie de telaraña. ¡Kuchiyose no Jutsu! - exclamó y esperó el resultado. Pero... no hubo resultado.
La primera hora transcurrió sin dar resultado alguno, Yagara lo intentaba pero ninguna presencia gatuna era invocada por sus habilidades. Tras diferentes intentos, apareció un pequeño neko-nin, llamado Hakun. Apenas tenía 7 años, pero fue simpático y educado con el peliblanco. Dio esperanzas para éste, y continuó practicando.
[...]
Pasaron cuatro horas, tras descansos e intentos, apareció, al fin, la neko-nin Hina. ¡Por fin! Llevo un tiempecito esperándote, pero al fin lo has conseguido.- la gata felicitó a Yagara y, acto seguido, ascendió hasta su hombro con hábiles saltos.- Ahora pensarás, ¿qué es lo que conseguirás invocándome? Bien, la respuesta es fácil o... quizás no. Yo soy una neko-nin, usuaria de varios elementos. El principal, elemento Doton. Pero no sólo eso, también puedo fusionarme con tu chakra, es decir, cuando esté invocada por ti nuestras afiliaciones elementales cambiarán y, ambos, podremos ejecutar las mismas técnicas elementales. ¿Comprendido? - el peliblanco afirmó con la cabeza y Hina maulló. Bien, por el momento has aprendido lo suficiente, ahora regresarás al sitio de donde has venido. Nos vemos, jiji.- La neko-nin, realizó un sello y... ¡PUFF! Yagara desapareció, viendo por última vez a Nekobaa, quien se encontraba en una de las ramas del centenario árbol.
Nekobaa... cierto es, tiempo que no nos vemos.- respondió el peliblanco manteniendo la mirada con la anciana. Éste, se levantó lentamente y observó a su alrededor, para realizar un análisis rápido. El número de gatos en esa habitación era mayor al usual, el cual hizo extrañar al peliblanco. ¿Cómo está usted, nekobaa? Y... ¿en general, cómo va la ciudad? - preguntó con real interés. El gato de la falda de la anciana reaccionó con un veloz salto y cayó a la derecha de Nekobaa, de pie y mirando al peliblanco, el cual le devolvió la mirada. Yagara cruzó los brazos, en espera de la anciana.
La anciana Nekobaa se agitó levemente y avanzó un paso del trono. Agarró los apoya-brazos con ambas manos y se levantó con dificultad. Pocos segundos después, se llevó la mano a la boca para disimular la tos. La edad tiene un precio, Nekobaa-sama... - comentó el peliblanco y, la anciana, se dispuso a hablar. Yagara-kun, como sabes, la edad de los neko-nin está en decadencia. El penúltimo invocador, mi sobrina, de los neko-nin ha muerto, - dijo mientras reducía el volumen de su voz- Ahora sólo quedo yo, y su arte desaparece en el tiempo. Los neko-nin padecerán y sólo serán mitos y leyendas. Por eso, junto a la opinión de Nekojii, el gran sabio, hemos decidido que... - movió su brazo derecho y señaló a Yagara - empieces tu entrenamiento en el arte del Kuchiyose no Jutsu.
Nekobaa-sama, lamento la muerte de su sobrina, le doy mi pésame.- respondió primeramente el peliblanco y subió la mirada para observar a su maestra, en la cual se le podía apreciar unos ojos relucientes por las lágrimas derramadas por su sobrina.- Realmente, lo siento.
El peliblanco bajó la cabeza y la anciana bajó los brazos y la mirada, la cual levantó segundos después para retomar la conversación, al mismo tiempo que quería ocultar sus sentimientos, su lamento y su nostalgia. No es tiempo para habladuras, quiero formarte como un verdadero shinobi. Tú, tu misión y tu destino será llevar al máximo esplendor a los neko-nin y que perduren en la historia. La época de decadencia ha durado demasiado, por lo tanto... ¡TÚ serás el último neko-nin! Vamos, ¿a qué esperas? - dijo la anciana al mismo tiempo que hacía el gesto para que se levantara. Sígueme.- ordenó al peliblanco, el cual la obedeció inmediatamente. Nekobaa introdujo sus manos en las mangas y caminaron a través de un pasillo de larga longitud. En ese tiempo, Yagara dedicó un tiempo para pensar en si mismo. ¿Mi destino? Nekobaa-sama se hace mayor y quiere que tome con su carga... no sé si estaré a la altura de sus deseos. Lo único que puedes hacer, Yagara, es esforzarte al máximo y dar tu mayor resultado en este entrenamiento. No puedes defraudar a Nekobaa-sama y... además, es una gran oportunidad para adquirir facultades shinobis y un gran poderío.- suspiró y agitó levemente la cabeza y murmuró, sin que Nekobaa-sama se diera cuenta. Sí, sí, esta es la gran ocasión.
Hemos llegado a la aula de entrenamiento.- aclaró la anciana. El rayo de luz iluminó el rostro de Yagara, el cual rebosaba de felicidad. Resultaba ser un patio con una gran vegetación y variedad de colores. Rebosaba de pureza, de paz, de armonía y de tranquilidad. Un lugar idóneo para concentrarse, relajarse o cualquier actividad el cual requiera tranquilidad. En el centro del patio, un hermoso árbol centenario daba sombra a gran parte de aquel lugar y, el peliblanco, comentó a Nekobaa el trabajo y el esfuerzo llevado para crear esa maravilla natural. Parece que te tomas muy en serio la jardinería, Nekobaa-sama. La anciana no respondió ante tal comentario, pero seguramente agradeció su alago. Nekobaa es realmente modesta.- pensó en su interior. Cuando desvió su mirada hacia la anciana, observó a esta lejana al lugar donde se encontraba el peliblanco. Ese lugar realmente le había embobado. La anciana realizó el sello Tigre con ambas manos, y apareció el pergamino de contrato. El pergamino volvió a la memoria del peliblanco, y la pequeña trama con la anciana Nekobaa también. Aquí empieza el entrenamiento. Primero de todo, debo decirte que el contrato realizado con los neko-nin no fue nada simbólico.- y desenrolló el pergamino, el cual se podían apreciar un máximo de 7 firmas, cinco de ellas tachadas o, simplemente, borrosas por el paso del tiempo.- Sirven para llamar a los neko-nin, te haré un ejemplo...
La anciana se delantó unos pasos y mordió el dedo pulgar, el cual derramó poca sangre. Realizó una sucesión de sellos: Jabalí → Perro → Pájaro → Mono → Panda y pronunció la habilidad al mismo tiempo que posaba en el suelo la mano y salían unos símbolos oscuros: ¡Kuchiyose no Jutsu! Una humareda blanca ocultó el rostro del neko-nin invocado, pero la silueta hizo ver que se trataba de poca estatura. ¿Qué utilidad me dará un gato de ese tamaño? - pensó el peliblanco, y segundos después pudo conocer el nombre de ese neko-nin, ella misma se presentó tras Nekobaa le indicara que era aliado.
Mi nombre es Hina... - dijo la neko-nin y se acercó al peliblanco con pasos cortos hasta llegar a sus pies.- ¿Y el tuyo? El peliblanco, sorprendido en los acontecimientos sucedidos, suspiró para tranquilizarse y tomó unos segundos para responder. Mi nombre es Yagara, encantado.- se presentó el joven y Hina, la neko-nin, realizó dos saltos ágiles y se posó en el hombro derecho del peliblanco. Mmm... Nekobaa-san... has escogido a un buen joven, su hombro es perfecto para mi.- dijo, al mismo tiempo que frotaba su cabeza por el cuello del peliblanco y, acto seguido, maulló. El peliblanco ni se inmuntó y Hina continuó con su charla.- Te diré cual es el secreto del Kuchiyose no Jutsu, también llamada Técnica de Invocación, deberás morder tu dedo o sacar sangre tuya y mezclar la sangre con tu chakra tras realizar los sellos: Jabalí, Perro, Pájaro, Mono y Panda y deberás llevar la mano sobre una superficie, preferimos el suelo, por supuesto. Mezclar la sangre del invocador que hay en el pergamino con tu chakra llamará a un neko-nin de la familia en tu ayuda. Normalmente será el que desees, pero... a veces, quien sabe... jaja.- río pícaramente y bajó del hombro del peliblanco.- Inténtalo, espero que me llames a mi.- se despidió y la neko-nin desapareció.
Parece que le has caído bien a Hina... ja, ja, ja. - rió la anciana. El peliblanco se encontraba confundido por la extraña risa de Nekobaa-sama.- Vamos, te toca, Yagura-kun. Veamos como realizas el Kuchiyose no Jutsu. - la anciana se retiró de la sala lentamente, pasos cortos y movimientos lentos. Una vez el peliblanco se quedó solo, se quitó la túnica blanca rasgada y la dejó caer a su lado.
Bien, recuerda los pasos comunicados por Hina-sama.- pensó para si mismo y realizó la primera práctica. Mordió la llema del dedo pulgar. Primero, sangre del invocador.- Realizó el sello Jabalí, el sello Perro... Luego, los sellos... Jabalí, Perro, Pájaro, Mono y Panda. ...el sello Pájaro, el sello Mono y el sello Panda al mismo tiempo que concentraba chakra. Y, finalmente, posar la mano en el suelo en el suelo.- y el peliblanco puso la mano en el suelo, en el cual se formó unos símbolos en círculo y salieron diferentes líneas de los mismos grabados hacia diferentes lado, así formando una especie de telaraña. ¡Kuchiyose no Jutsu! - exclamó y esperó el resultado. Pero... no hubo resultado.
La primera hora transcurrió sin dar resultado alguno, Yagara lo intentaba pero ninguna presencia gatuna era invocada por sus habilidades. Tras diferentes intentos, apareció un pequeño neko-nin, llamado Hakun. Apenas tenía 7 años, pero fue simpático y educado con el peliblanco. Dio esperanzas para éste, y continuó practicando.
[...]
Pasaron cuatro horas, tras descansos e intentos, apareció, al fin, la neko-nin Hina. ¡Por fin! Llevo un tiempecito esperándote, pero al fin lo has conseguido.- la gata felicitó a Yagara y, acto seguido, ascendió hasta su hombro con hábiles saltos.- Ahora pensarás, ¿qué es lo que conseguirás invocándome? Bien, la respuesta es fácil o... quizás no. Yo soy una neko-nin, usuaria de varios elementos. El principal, elemento Doton. Pero no sólo eso, también puedo fusionarme con tu chakra, es decir, cuando esté invocada por ti nuestras afiliaciones elementales cambiarán y, ambos, podremos ejecutar las mismas técnicas elementales. ¿Comprendido? - el peliblanco afirmó con la cabeza y Hina maulló. Bien, por el momento has aprendido lo suficiente, ahora regresarás al sitio de donde has venido. Nos vemos, jiji.- La neko-nin, realizó un sello y... ¡PUFF! Yagara desapareció, viendo por última vez a Nekobaa, quien se encontraba en una de las ramas del centenario árbol.
Yagara- Genin
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Fecha de inscripción : 19/06/2011
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